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lunes, 30 de noviembre de 2009

Vengo de...¿Hogwarts?

Mientras el caos reinaba en la cafeteria, me puse a pensar...en mi madre. ¿Como estaria ella? Habian invadido mi reino y lo mas probable era que quisieran secuestrarla. Pero segun me dijo Kate, el trabajo de William era protegerla...William...no puedo creer que me hubiera enamorado de él cuando no era un principe. Pero no podia evitar dejar de pensar en él. ¿Volveria a verlo algun dia? ¿Volveria a ver a mi madre? ¿Y si la volvia a ver, seria en su funeral? ¿Esos militares vendrian por mi? ¿Que pasaria con mi reino?

Tenia tantas preguntas y tan pocas respuestas. Kate no se habia comunicado conmigo.

La voz de Ryan interrumpio mis pensamientos.

-¿Asi que sos inglesa?

-Si-menti.

-¿Y de que escuela venis?-me pregunto Ryan.

Los ojos de Mike se iluminaron.

-¡¿Venis de Hogwarts?!-me pregunto emocionado.

Jessica le dio un codazo.

-No seas bobo Mike.

-¿Por que?-se quejo él.

-Porque Hogwarts no existe y ademas, si existiera, seria un lugar demasiado interesante, dudo que la princesita venga de ahi.

Mike su puso serio de repente.

-¡Gracias por arruinarme la ilusion Jess! ¡Yo vivia muy feliz creyendo que Hogwarts existia, soñando con que algun dia me casaria con Hermione Granger, pero NO! ¡Tenias que arruinarme la ilusion!-dijo enojado Mike.

Ryan miro muy serio a Jessica.

-Jess, no tenes que ser tan mala-le reprocho.

-¡Bueno, esta bien! Mike, lamento haber arruinado tu estupido sueño de niño de tres años!-dijo Jessica, burlona.

-No hablo de eso, hablo de lo que dijiste sobre Sam. Yo creo que ella es muy interesante.

Jessica parecia a punto de explotar.

-¡Por favor! ¡¿Que tiene de interesante?! ¡Es solo una niña fina de Inglaterra! ¡Es solo una mas de las Pinkys!-grito Jessica.

Mike y Ryan se quedaron boquiabiertos.

-Te pasaste-dijo serio Mike.

-¡¿Por que?! ¡Solo soy realista!-se defendio Jessica.

-Decir que es una mas de las Pinkys es pasarse de la raya, es demasiado-dijo Ryan, demasiado serio.

-¿Perdon, las Pinkys?-pregunte, confundida.

Ryan se acerco a mi, su cara estaba a unos pocos centímetros de la mia. Jessica hizo una mueca.

Ryan empezo su relato en voz muy, muy baja...

-Veras Sam, las Pinkys son lo peor que hay en esta escuela. Lo peor...

sábado, 10 de octubre de 2009

Barbarismo



Jessica y yo fuimos a la escuela.


Un chico alto y de cabello castaño se acerco a nosotras.


-Hola Jess, ¿quien es tu amiga?-pregunto.


-Ah, hola Ryan. Ella es Sam, amiga de mi prima.


-Mucho gusto-lo salude.


-Algun dia saldremos, creeme-le susurro al oido a Jessica.


Ryan me guiño el ojo.


Jessica me fulmino con la mirada. Parecia enfadada.


Fuimos a clase.


A la hora del almuerzo...


-Buen dia señorita. ¿Tiene langosta?-le pregunte a la mujer que atendia en la cafeteria.


Se hecho a reir.


-No, no hay langosta. Tenemos...sandwich de atun.


-Ah, esta bien.


Me dio un sandwich con una pinta de no estar refrigerado hace meses.


Me sente en una mesa junto a Jessica, Ryan y un chico mas. Éste tenia puesto un gorro y ropa suelta y gastada.


Parecia que Jessica no se juntaba con niñas, sino con chicos. Lo raro es que no eran pareja, solo amigos.


-Uh, asi que es ella...buena aleccion-le dijo el chico a Ryan y le choco los cinco.


Tome una servilleta y la puse sobre mi regazo para no manchar el vestido.


Agarre un cuchillo y un tenedor y me sente derecha.


Habia que tener modales en la mesa.


En cambio, los tres adolescentes de mi mesa se sentaban encorvados, comian con la mano y se ensusiaban la boca y la ropa. Era muy deagradable.


-Ah, por cierto, él es Mike, mi hermano-me dijo Ryan con la boca llena.


-Un gusto-dije.


-Que bonita-me dijo Mike mientras me miraba, embobado. Tenia la boca llena de no se que.


Ryan le propino una buena patada por debajo de la mesa.


Ryan y Mike se pusieron a patearse por debajo de la mesa. En un momento, Jessica se harto y les dio un zape a los dos.


Mire a mi alrededor la cafeteria. Estaba llena de locos y malcriados adolescentes inmaduros. Corrian, gritaban, se lanzaban comida. Era una barbaridad. Si, esa era la palabra: todos esos estudiantes eran unos barbaros. Asi se comportaban, los muy salvajes.


Este es Ryan:




Este es Mike:

lunes, 5 de octubre de 2009

¿Muy elegante?

Tuve que dormir en el sofa con esa anticuada prenda.

Jessica no era una muy buena anfitriona. Se supone que se debe tratar con respeto a los huspedes, en especial si se trata de una princesa.

Al otro dia, me desperte muy temprano, a las 6:30 am.

Entre a la habitacion de Jessica.

-Levantate Jessica-le dije suavemente.

Una almohada volo a mi cabeza.

-Son las seis de la mañana, volve al sofa-me ruigo medio dormida.

-Necesito que me prestes una prenda, por favor-le dije.

-Agarra lo que quieras del armario y dejame dormir.

Fui a su pequeño armario, no era nada comparado con el que yo tenia en el palacio.

Toda la ropa era muy bulgar. Vaqueros, camisetas gastadas, tennis viejos y sucios.

Pero en una esquina del armario, tirados (parecia que Jessica los hubiera puesto ahi para que nadie los viera), habian unos vestidos hermosos. Tenian flores y eran muy, muy bonitos. Nada comparado con los que me hacia mi modista, pero eran lindos.

-Estos son muy bonitos, ¿puedo tomar uno?-le pregunte.

Jessica levanto la vista para ver a que me referia.

-Toma los que quieras. Esos vestidos me los regala mi madre cada año, en cada cumpleaños y en cada navidad. Los detesto, nunca los use. Si queres te los regalo-me dijo.

-¿Por que no te gustan?-le pregunte. Era imposible que alguien odiara esas hermosuras. Eran muy finos.

-Odio usar vestidos. Es demasiado...elegante y femenino.

-Ahh.

No lo comprendia. Se supone que una dama tiene que ser elegante y femenina.

Elegi uno de los vestidos y me lo puse.

Me peine el cabello con una hebilla, ya que parecia que aca no era muy normal usar el cabello en un rodete, como yo acostumbraba.

Quede asi (¿verdad que el vestido es muy bonito?):



Cuando sali del baño Jessica se quedo mirandome con los ojos como platos.

-¡¿Que haces vestida asi?!-me pregunto.

-¿Verdad que esta precioso?-le dije mientras daba unas vueltas.

-Vamos a la escuela, no a un casamiento-me dijo.

-Vos deberias probar vestirte mas elegante. Te quedaria muy bien.

-Jamas en la vida. No puedo creer que tenga que estar con vos en la escuela, mi reputacion va a quedar arruinada-se quejo.

Solte una risita. Ella decia que su reputacion se iba a arruinar por estar al lado de una chica elegante y fina (princesa). Pero la que mas se arruinaria seria la mia, ya que tendria que estar con una chica sin modales y que se viste como una vagabunda.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Nueva vida


Baje las escaleras al enorme salon.




Todos me miraban, les sonrei y salude amablemente, como hacen las princesas.




Un chico de ojos muy bonitos y con un traje muy elegante se acerco a mi y me tendio su mano.




-¿Bailamos, princesa?




Mire de reojo a mi madre, ésta asintio. Parece que aprobaba a este chico.




-Seria un honor-le respondi.




Me tomo de la mano y nos pusimos a bailar una cancion lenta.




Mientras bailabamos me dijo en voz baja:




-Mi nombre es William.




-Es un placer.




-El placer es todo mio. Nunca crei que la conoceria por fin en persona.




Si habia algo que detestaba era que me hablaban con el usted. Todos decian que era lo apropiado para una princesa, que era por respeto. Pero a mi no me gustaba.




Le sonrei amable y timidamente.




Luego de que termino la cacnion, William y yo nos sentamos y nos pusimos a hablar. Teniamos tanto en comun. Él parecia ser el hombre con el que siempre habia soñado, el indicado.




De repente se escucharon gritos de terror. Se escucho un disparo y la musica se detuvo.




Todos se dieron la vuelta para ver que habia pasado.




Muchos hombres encapuchados habian entrado por la fuerza al palacio. Tenian armas y mataban a todo el que se interpusiera en su camino.




-Vienen por usted-me dijo William, alarmado.




Mi felicidad se desvanecio de repente.




-Pero, ¿por que?-pregunte, asustada, mientras buscaba a mi madre con la vista. Pero no podia encontrarla.




William no me dio tiempo a decir nada mas, porque me tomo de la mano y salimos del palacio.




-William, ¿que es lo que pasa?-le pregunte alarmada.




-No hay tiempo, corre.




Me subio a un helicoptero, pero él se quedo abajo.




-William...




-Shh. No tenemos mas tiempo. Hacele caso a la chica que esta ahi dentro. Ella te lo explicara todo-me dijo.




-¿Pero que hay de mi madre?




-Yo la protegere, no te preocupes.




Y esas fueron las ultimas palabras que oi de William, mi principe, el indicado...




Se me escapo una lagrima mientras el helicoptero despegaba y yo me alejaba de William, mi madre, mi reino...




Una chica se me acerco, seguro era a la que William se referia.




Tenia el cabello castaño y parecia tener mi misma edad.




-Hola, princesa-me saludo.




No le respondi, estaba aterrada.




-Mi nombre es Kate, mi trabajo es protejerla. William protejar a su madre, no tiene por que preocuparse, es un experto-me dijo.






-¿Experto?-pregunte, confundida.






-Si, es su trabajo-me explico.






-¿Que no era un principe?






-No. Él solo dijo eso para poder entrar al baile y asi sacarla lo mas rapido posible en caso de que vinieran por usted-me explico-su deber era sacarla de ahi y protejer a su madre. La primera parte ya esta hecha-continuo.






-Pero...no es un principe...






Me senti muy mal. William no era un principe. Solo estaba conmigo para cumplir con su trabajo. Despues de todo, él no era el indicado.






-No. Escuche, princesa. Pongase esta ropa y deshagase el rodete-me dijo.






Obedeci. Me deshice el rodete y me puse unos vaqueros, una camiseta blanca y unos tenis que habian en un costado.






Me lave la cara y me saque todo el maquillaje.






-Exelente-exclamo Kate.






-No entiendo nada, ¿a donde vamos?-le pregunte.






-Querra decir, adonde irA. En unas horas usted bajara del helicoptero e ira a casa de mi prima, Jessica. Ella no sabe nada sobre mi trabajo, ya que es total y completamente secreto. Yo solo transporto a las princesas a su destino. De ahora en mas vivira en casa de Jessica, en Nueva York, hasta que las cosas se calmen es su pais. Ella le prestara ropa y todo lo que necesite. Ira al mismo instituto que ella. Recuerde, debe actuar como una adolescente normal de 17 años, y no como una princesa. Y de ahora en mas no se hara llamar Samantha o princesa Samantha; la llamaran Sam-me explico.






No pude decir nada mas.






Luego de varias horas llegamos a Nueva York. Me baje del helicoptero.






-Suerte-me deseo Kate, y cato seguido, el helicoptero despego.






Pregunte por la direccion de la casa de la tal Jessica, la prima de Kate.






-Hola, vos debes ser la amiga de Kate-me dijo una chica de cabello castaño claro, con ondas. Llevaba puestos unos gastados vaqueros y una remera manchada.






Eso me sorprendio. Era la primera persona que me hablaba con el "vos" desde el dia en que naci.






-Si, se trata de mi.






-Kate me dijo que vas a mudarte temoralmente a York y que no vas a tener en donde quedarte.






Asenti. Asi que esa era la historia falsa que debia decirle a los demas.






-Ok, podes quedarte en mi casa. Se nota que sos inglesa-señalo.






-¿Perdon?






-Mi prima me dijo que eras inglesa y algo femenina y refinada. Se nota que no sos de aca-me dijo.






Le dedique una sonrisa forzada. Me hizo una señal de que entrara a su casa.






-Con perniso-dije antes de entrar.






Jessica me miro raro.






Me señalo un sofa.






-Ahi deja tus cosas-me dijo.






-¿Voy a dormir en un sofa?-pregunte, incredula.






-Ay, si que sos fina. Si, vas a dormir en el sofa princesita.






Puse cara de terror. ¿A caso Jessica sabia que era una princesa?




-¿Disculpa?




-Es una expresion-dijo tras un suspiro.




-Ah.




-Podes decirme Jess-me dijo.




-Preferiria llamarte Jessica. Pero podes decirme Sam-le dije, al recordar las instruciones de Kate.




Esto iba a ser muy duro, y extraño.

La gran noche


Mi nombre es Samantha. Tengo 17 años. Soy la princesa de un pequeño reino llamado Destiny Land. Mi padre murio cuando yo era muy pequeña.
Cuando cumpla los 18 años, me van a coronar reina. Pero antes debo ir a un baile al que asistiran muchos principes; tendre que bailar ocn cada uno de ellos y elegir a uno para que sea mi futuro esposo y rey de Destiny Land. El principe escogido debe ser aprobado por mi madre, claro.
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Hoy era el dia: esta noche iba a ser el gran baile.
Estaba en mi habitacion, en el palacio.
-Estoy tan ansiosa por el baile-me dijo mi madre, mientras me arreglaba el cabello en en rodete.
-Pero madre, no quiero casrme por obligacion, sino por amor-me queje.
Mi madre se puso seria de repente.
-Es tu obligacion como princesa y futura reina de Destiny Land-me dijo.
-Pero yo sueño con encontrar al hombre de mis sueños y casarme. Pero deseo que sea el indicado, no un desconocido al que nisiquiera se si amo en verdad-le dije.
Mi madre me puso mala cara.
-Samantha, entende que no sos una princesa de un cuento de hadas, sos una real. En la vida real no se encuntra el verdadero amor, solo se hace lo corecto. Que en tu caso, es ser la mejor reina que este lugar tuvo jamas-me dijo.
Asenti. Me gustara o no, mi madre tenia razon. No podia defraudar a mi pueblo solo por mis necesidades egoistas de ser feliz. Tenia que hacer lo correcto. Tenia que hacer lo mejor para mi reino.
Me puse el hermoso vestido que mi modista habia hecho exclusivamente oara este baile tan importante.
Mi madre dio unos retoques mas al peinado y el maquilllaje.
Me puse los tacones altos, practique mi mejor sonrisa en el espejo y beje las escaleras.
Miles de ojos se clavaron en mi.